domingo, 17 de mayo de 2020

Transgeneracional – Origen y Definición

 

Veamos cómo se desarrolló el concepto del Transgeneracional en psiquiatría y en psicología. Para ser honestos, lo Transgeneracional es conocido desde hace mucho tiempo. Hay una frase en la Biblia que dice: “los padres comen la uva verde, y los niños rechinan sus dientes”. Cuando Jesús curaba a un enfermo, sus apósteles le preguntaban: “Señor quien a pecado él o sus padres”.

 

Decimos que Freud ha labrado el campo de las neurosis y dejo de lado el campo de las psicosis y se olvidó totalmente de lo Transgeneracional.

 

En los años 1970 hubo un grupo de terapeutas Nicolás Abraham, Maria Torok, Françoise Dolto, Anne Ancellin Shützenberger, Didier Dumas eran unos cinco o seis psicoanalistas que se reunían todas las semanas.

 

Nicolás Abraham y María Torok trabajaban en el hospital Psiquiátrico de Paris y tuvieron una idea genial ya que cuando tenían un paciente psicótico, que deliraba, anotaban el delirio palabra por palabra, todas las locuras. Y cuando venían los padres les contaban de lo que había hablado su hijo. Así se dieron cuenta de que, en todo el delirio, había cosas completamente delirantes y cosas reales. Y emitieron la hipótesis de una problemática familiar Transgeneracional que el niño llevaba dentro de sí. Entonces empezaron a hablar del inconsciente del clan, el inconsciente familiar.

 

Aquí encontraron un repertorio de cosas que todas tenían un denominador común. El niño que está ahí delirando es el representante de una carga emocional que no ha sido manejada en tiempo real.

 

El denominador común es la vergüenza, de decir algo que ha pasado en el clan. ¿Qué vamos a esconder en el clan?:

Asesinatos

Suicidios

Robos

Herencias

Adulterios, incestos, violaciones, enfermedades venéreas, hijos fuera del matrimonio, los abortos escondidos…

Los discapacitados

Los locos.

Las muertes de niños, los muertos de los que no queremos hablar porque es demasiado difícil –síndrome del yaciente.

 

Estos secretos son cosas de las cuales no se debe hablar, no hay que decirlas ni escucharlas.

 

Estos fenómenos de los secretos de familia, han sido objeto de numerosas observaciones y los estudios muestran que son estadísticamente significativos.

 

Varias hipótesis circulan actualmente, pero siguen siendo hipótesis, metáforas. Ciertos lo ven como un ejemplo de transmisión de un recuerdo de inconsciente a inconsciente, siendo este recuerdo el vínculo que une un objeto (tiempo, lugar, tema) con una emoción, un sentido.

 

En cierto modo el ser humano es la suma de sus recuerdos emocionales, personales, familiares y culturales.

 

Si Freud estudió el inconsciente personal y C.G. Jung el inconsciente colectivo. Estos descubrimientos nos conducen al inconsciente familiar.

 

Lo que es sorprendente es que el heredero del secreto familiar no deja de presentir o adivinar que algo sucedió, a un nivel inconsciente sabe exactamente qué sucedió, dónde y cuándo. Y guarda estos elementos en su inconsciente.

 

En terapia, un criterio que nos permite seguir la pista de un secreto de familia es la desproporción entre un acontecimiento y la reacción emocional que conlleva.

 

Otro criterio es el carácter irracional o compulsivo de las reacciones. Las personas que tienen la impresión de hacer cosas a su pesar, de no poder controlar sus reacciones, ser el juguete de sus emociones. Todos estos automatismos, comportamientos irresistibles, a actitudes de fracasos repetidos, en que la persona entra en contacto con una emoción desbordante, son indicios que pueden orientarnos a una posible herencia familiar.

 

A menudo es más sencillo de lo que creemos el hecho de liberarse de los secretos de familia. Puesto que aunque se trate de acontecimientos atroces, innombrables, el hecho de expresarlos, de sacarlo fuera hace que deje de estar en el lado oscuro de la mente. Una vez la palabra es expresada, una vez la toma de consciencia es verbalizada, deja de ocupar el inconsciente.


Esto provoca una reacción, liberación emocional, descarga (gritos, temblores, lágrimas…). La persona seguidamente queda calmada. Una vez la persona va al acontecimiento y se queda en él unos instantes, se siente liberada, calmada. La mayor parte del tiempo, la toma de consciencia en la emoción basta para curarse, aunque sean acontecimientos muy importantes.

 

Lo que da fuerza a los secretos es su carácter inconsciente, escondido, no dicho, operan en la sombra.

 

Lo que está claro es que trabajar en estos secretos evitará a nuestros hijos y descendientes tener que sufrirlos.

 

Imaginemos que hay un suicidio tres generaciones arriba, es algo que guardamos y no expresamos. El lado psicoanalítico es que, una emoción está ahí, esta emoción es una energía que no podemos sacar. Entonces la vamos a guardar dentro de una cripta, dejamos el secreto en esta cripta, pero la emoción sigue allí.

 

Después de un tiempo, esta carga emocional, esta energía, va a deponerse en un niño, que va a nacer con esta carga emocional inconsciente y que lo va a guiar en su vida, en cierta proporción, evidentemente.


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