Los errores de
percepción nos permiten aprender a interpretarnos y saber lo que realmente
estamos esperando de la vida, donde ponemos nuestra referencia y que necesidad necesitamos
cubrir a través de este mecanismo.
Para ir
rompiendo la manera que tiene nuestro cuerpo de responder con un conflicto biológico
ante un conflicto que podamos vivir al nivel de nuestra psique, es necesario
auto-observarnos, empezar a conocer nuestras reacciones, y poco a poco, ir
metabolizando de que es mi mente junto con la información que llega desde un
órgano correspondiente y cuya base de datos está en el pasado, son quienes
perciben y gestionan la situación en la que me encuentro.
Llegar a este
entendimiento, nos permitirá ser capaces de poder elegir una nueva forma de
gestionar nuestra realidad, ya no va a ser el pasado quien nos dirija sino que
podemos conectar con otras fuentes de datos que puedan venir de nuestro Yo
Superior o Esencia generando así nuevas formas de vivir la biología de nuestro
cuerpo.
Dejar el mando a nuestro Yo Superior
de nuestro vehículo-cuerpo es evolucionar hacia nuevos estados de consciencias,
es también que nuestras células se invaden de ésta nueva información-luz y
logran romper viejos programas de enfermedad o síntomas, manifestando este
nuevo estado de consciencia y no volviendo a reincidir porque ahora saben y
entienden que son parte de una energía superior, la energía de nuestro
Espíritu-Padre.
Elevando la frecuencia del cuerpo
Para aumentar la energía de nuestro cuerpo es
necesario que conectemos al campo unificado, abriendo nuestros corazones y
creando coherencia entre el cerebro y el corazón.
Para poder curarnos tenemos que llegar a la
frecuencia del cuarto centro de energía. Y que es en el corazón, en este centro
de unidad y plenitud, donde comenzamos a conectarnos con el campo unificado. Es
aquí donde existe la unión de la polaridad y la dualidad.
Conectamos a una mayor frecuencia, que luego se
transmite a través de nuestro sistema nervioso.
El patrón de la enfermedad existe en la luz, así
que cuando comenzamos a abrir nuestros corazones y la energía comienza a
moverse desde nuestros tres centros inferiores hasta nuestros corazones, una
vez que lo alcanza, la misma continúa hacía arriba a nuestros cerebros. A
medida que se mueve hacia arriba, se mueve a través del cuello, hacia abajo a
través de los nervios y hacia las manos.
Una vez que comenzamos a transmitir la frecuencia
de la plenitud, a medida que la célula se vuelve más completa y menos
desequilibrada, va a pasar por una serie de cambios químicos, biológicos y
genéticos.
Cuando esto ocurre y realmente elevamos la
frecuencia de nuestro cuerpo, a medida que la célula obtiene un cambio de
vibración, libera desechos y elimina toxinas. La célula esencialmente se abre y
arroja cualquier cosa del pasado que no sea saludable.
Esta liberación intensa de desechos crea un gran estrés para el sistema inmune. Debido a que hay un cambio en la energía y la frecuencia, el cuerpo comienza a transmutarse, y esto puede causar síntomas similares a la gripe.
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