En nuestro inconsciente habitan cuatro grandes miedos, que en el camino tenemos que ir transformando. Y ellos son: el miedo a perder, el miedo a enfrentar, el miedo a ser abandonado, y el miedo a la muerte, estos estados al generar una sobre carga en nuestros sistemas energéticos nos polariza, donde luego, empezamos a realizar toda clase proyecciones para vivir la experiencia de ese nuevo estado.
En el miedo a perder, se activa la inseguridad, solemos también ponernos a la defensiva, nos persigue como una nube, la impaciencia, agresión, ira, etc, que vienen del bajo astral.
El miedo a enfrentar, asumimos el papel de víctima, las emociones como timidez, susceptibilidad, cobardía, indecisión y todas las tonalidades de auto destrucción e inferioridad se procesan en nosotros y pintan nuestra realidad.
El miedo a ser abandonado trae consigo los celos, la posesividad, la vanidad, la sobreprotección, la baja autoestima, y la necesidad de manipular.
Y el miedo a la muerte porta muchas caretas, entre ellas: la desconfianza, los apegos, las fobias, la rebeldía, y la histeria.
El 95% de nuestras elecciones se realizan inconscientemente, es éste último quien manda sobre la manifestación de nuestra realidad y nuestra vida se halla encadenada a programas de supervivencia, no podemos ser conscientes de estos estados pero si hacemos el esfuerzo por detectarlos en el momento, en el que, se manifiestan en nuestra realidad es cuando podemos comenzar a frenar las proyecciones, puedes ayudarte con la Integración Cuántica para sacar las cargas y encontrar el equilibrio, y es automáticamente que dejamos de echar culpas a los demás por nuestro malestar y es ahora cuando empezamos a tomar el mando de nuestros procesos que nos llevará a una realidad más consciente y más real.
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