La Reserva Federal es propiedad de un grupo de
personas que, durante miles de años, han creado
la guerra para obtener poder por medio de dogmas religiosos. Son los
mismos que ya no usan el oro para patrocinar la moneda dólar, porque el país no
posee oro suficiente para respaldar el papel. Y son estos individuos soberanos
los que controlan nuestros gobiernos en todo el mundo.
Ellos deciden cuánto vale nuestro papel. No somos nosotros
los que producimos la inflación o la deflación; nosotros no hacemos que las
acciones suban o bajen. Eso lo hacen los que controlan el mundo por medio del
dinero. De modo que yo prefiero el oro por encima de todos nuestros dólares,
porque, en un abrir y cerrar de ojos, nuestro papel puede ser inservible. Y el
oro, que es un metal tierno, brillante y maravilloso, cuya belleza y rareza han
adornado a reyes, nobles, a los ricos y, a veces aun a los pobres, siempre ha
conservado su valor.
El oro es un metal sensible; se regala por amor y
afecto porque es suave. El metal suave absorbe las frecuencias emocionales que están por fuera del cuerpo físico, nuestro
oro ha conservado su valor emocional por
siempre.
Entonces, ¿el oro ha conservado su valor por tanto
tiempo sólo porque es brillante, amarillo y bello? No. El oro es un metal imparcial; no
establece el odio, ni el anhelo de poder, ni el amor, ni la pasión, ni la traición. El simplemente almacena la
emoción. En otras palabras, el oro es el alma de todos los otros metales.
Más bien que dar credibilidad a esta engañosa
ilusión de nuestro papel moneda, me referiré a
nuestra búsqueda de la independencia financiera desde el punto de vista
del oro. Porque cuando tienes oro en tus
manos, te vuelve inmortal con esa energía.
A propósito, el oro más grandioso que puedes
obtener ha sido derretido y bloqueado, y nadie lo posee. Es así como se le puede transmitir
poder y reacción emocional al metal.
Has estado en una ignorancia flagrante en cuanto al
origen de nuestro dinero.
¿Se te ha ocurrido alguna vez que el
dólar podría perder su valor, sin importar cuánto tengas en la caja fuerte? ¿Se te viene a la mente
que hay gente en altas posiciones que controla el poder del mundo?
Somos falibles porque hemos estado en necesidad
e ignorancia. Puedes
acumular enormes cantidades de papel en un banco, pero si el papel carece de
valor, ¿qué vas a comer? ¿El papel?
Le has cerrado las puertas a tu entendimiento
respecto de otras posibilidades. Si dinero es todo lo que quieres, entonces vas
a morir infeliz; te lo aseguro. Porque el dinero no valdrá nada cuando el
espíritu llame al alma para que salga del cuerpo y pases de este tiempo y
espacio, de este mundo controlado por ecuaciones matemáticas. ¡El oro no
servirá de nada!
Pero ahí es donde ha estado nuestro corazón; somos
muy santos hasta cuando el dinero entra en
juego. Los picaros que nos han gobernado como una nación y que nos han
esclavizado por medio de creencias han dicho que nacemos en pecado desde la
cuna. Bueno, no es así. Solamente necesitas.
Nacemos divinos. Nosotros y el Padre somos uno. Y
la vida que llevamos, que respiramos, que impregnamos con nuestra existencia,
es su amor llamado gracia. El reino de los cielos está dentro de nosotros. No
está en nuestros castillos, ni en nuestro dinero, ni en nuestra ignorancia.
Está dentro de nosotros.
Cuando busques aceptar el reino interior
impecablemente y por encima de todo lo demás, y cuando vivas esa verdad en medio del fuego, entonces
todo lo demás estará a la vista.
Nunca has conocido al Dios interior, y nunca has
vivido pues realmente, no puedes vivir realmente si no conoces al Dios
interior. Para sobrevivir simplemente has estado revolcándote dentro de tu ignorancia. Has
estado tratando de sacar la cabeza por encima del temor, las amenazas y la
intimidación. Has estado bregando a salir de tus aprietos a como dé lugar, pero de ese modo nunca podrás
salir de ellos, porque verdaderamente nunca has vivido.
Cuando estés sin Dios, nuestros
únicos medios de supervivencia son el arañazo, la mordida, la camorra, el
picotazo, el desprecio, la envidia y la destrucción maliciosa de todo lo que
refleja nuestra carencia.
¡Despierta! Los
que manejan el mundo, lo manejan por medio del dinero, porque éste es poder.
Un hombre acaudalado es poderoso, y
desea riqueza porque le proporciona poder. Poder es lo que él busca y la religión ha sido el peón en el
tablero. Y las iglesias son parte de las entidades más ricas del mundo. Todas las guerras se han peleado
por una creencia religiosa. ¿Cuál Dios va a ganar?
Pero es el poder que camina detrás de la creencia
religiosa lo que ha consumado el montaje con el fin de deteriorar el sistema y
así ganar control.
La ignorancia ha mantenido oprimido al hombre en un
abyecto estado de dependencia y necesidad.
Y en algún lugar allá adentro has marcado una división entre Dios que es
espiritual y el oro que es dinero. Pensas que de hecho hay alguna línea
divisoria entre el oro y Dios. Y si estás dentro de los que piensan así, eres,
no solamente hipócrita, sino que te estás autodestruyendo, porque los poderosos
están acumulando el oro en nombre de Dios.
¿Y qué tiene eso de malo? Nosotros lo habremos
convertido en malo por medio del pensamiento limitado y la actitud que hay detrás de ese
pensamiento. Ya habrás oído: "Nosotros somos Dios" y
"El Padre está adentro". Pero hasta ahora no nos ha servido para
nada, porque todavía tienes la mano extendida para pedir, desear, necesitar. Eres
infeliz porque no tienes suficiente.
¿Cuándo
tienes suficiente para estar llenos adentro? Nunca.
Tarde o temprano abrazarás la necesidad más grande:
conocer a Dios. La necesidad más
grande es abrazar a Dios, vivirlo hasta
que veas que la necesidad es una
limitación y que la libertad para
existir en armonía con toda la vida procede de adentro.
Cuando
somos dueño de lo que está dentro de nosotros, lo que
está afuera ya no importa.
No venimos a aquí a abstenernos de la vida. Somos la carne y sangre del Creador, cualquiera que sea el nombre que le demos a Dios. Somos los brazos y piernas, oídos y ojos del Padre/Madre.
Por medio de nosotros, el Creador puede caminar
entre las estrellas fugaces y el lirio del valle.
Por medio de nosotros, el Creador puede escuchar la
voz de la eternidad en el viento.
Por medio de nosotros, el Creador puede sentir la
espuma de una cascada e inhalar el aroma
picante de la hermosa tierra que está debajo de nuestros pies danzantes.
Por medio de nosotros, el Creador conoce la dicha
sublime del verdadero amor y el placentero
abrazo del éxtasis.
Pero esto no se dá si no danzamos.
No, si no caminamos sobre la tierra y ponemos
nuestra mejilla sobre la piel de la Madre.
No, si no nos sentamos al lado de la cascada y
bebemos la espuma.
No, si nos retenemos, y evitamos el peligro y
esquivamos el riesgo.
No, si nunca nos sumergimos en los brazos de un
amante y nos elevamos con un abrazo
placentero.
No, si pensamos que algunas cosas son sagradas y otras no.
No nacimos para abstenernos de
la vida.
Nacimos para vivir la vida.
Fuente: Ramtha.
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