En el enamoramiento tu creas tu imagen o ideal de pareja según tus anhelos, necesidades y vacíos, donde luego, las proyectas sobre la persona amada, y con el pasar del tiempo empiezas a ver que la proyección de tu ideal no encaja con lo que la persona está mostrándote, entonces vienen las crisis.
En el enamoramiento tú no estás viendo a la otra persona, estás viendo tu imagen, y esta imagen al encajar perfectamente con tus carencias, empiezas obligar a la persona amada que se convierta en tu salvador o salvadora, cuando en realidad todo se trata de ti.
Enamorarse es una cuestión de egos, de necesidades, de apegos, de poseer y usar al otro. El otro tiene que ser como yo necesito para poder llenar los vacíos.
Cuando dos personas viven un amor maduro, no están enamorados, es cuando ambos pueden verse y aceptarse tal cual son. Se genera una tolerancia que te da el espacio suficiente para poder reflejarte en la persona amada sin dañarse. La persona que tú escoges para vivir una relación de pareja contigo caminan juntos, pero no pesando sobre la persona amada ni diciendo tú me tienes que hacer feliz.
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