¿Qué es la intención?
La intención es básicamente el deseo genérico y
focalizado de obtener un resultado. Es la idea lanzada al universo sobre lo
que queremos conseguir, pero sin entrar en detalles. Una intención es, por
ejemplo, decir que a partir de ahora deseas trabajar a tiempo completo como
profesor, que deseas cambiar de trabajo, que deseas cambiar de casa, etc. La
intención no proporciona detalles y al no hacerlo, estás dando libertad a la
energía creadora para que manifieste el deseo en el escenario que mejor te
convenga.
Intención vs Visualización
Cuando creamos aquello que queremos mediante la
visualización, estamos poniendo el escenario final de lo que queremos con todos
los detalles de cómo lo queremos, (y siempre con nosotros en la visualización
metidos, sino ese escenario puede ocurrir y no salir tú en él, se han dado
casos). Le estamos diciendo al universo que nos modele la realidad que atraemos
hacia nosotros exactamente de esa forma. Este método es perfecto cuando sabemos
lo que queremos, como lo queremos y de qué manera nos afecta (por ejemplo
cuando buscas sitio para estacionar y te imaginas a ti mismo con el coche estacionado ya en la puerta de tu casa, con todos los detalles que te son familiares para
ti), pero cuando lo que necesitamos es manifestar una realidad más compleja o
más abstracta (cambiar de trabajo), manifestar a través de la intención da
mejores resultados.
La intención pide “un deseo”, fuerte y claro, pero no pone
barreras a cómo debe llegarnos y deja que los escenarios posibles se vayan
creando por si solos. Esto requiere cierto sentido de dejarse llevar por la
vida y confiar, sobre todo confiar al 100% en que lo que nos llegue será el
mejor escenario para nosotros, aunque no fuera así cómo lo hubiéramos
planificado.
¿Cuándo usar cada método?
Personalmente, si tengo muy claro lo que deseo, como un
objeto o una situación muy concreta, procuro manifestarla a través de la
visualización, pero si tengo un deseo algo más genérico, el cual quiero
conseguir pero no sé muy bien cómo podría concretarse, uso la intención y
confío ciegamente en que lo que me llegue será lo mejor para mí en ese momento.
Este método también vale para recibir respuestas, por ejemplo, tienes una duda
sobre el origen del universo (por poner algo sencillito) y pones la intención
de recibir información al respecto. No estás visualizando el libro de Física
donde está la explicación en la página 40, sencillamente tú no sabes dónde está
esa información, así que confías en que te llegará en el momento oportuno de la
forma más oportuna.
Vivir de intención en intención
El día a día se puede tornar un continuo de sorpresas fantásticas si vivimos de intención en intención, en vez de deseo en deseo. Cuando vivimos creando desde un nivel más genérico, dejamos que la vida nos sorprenda, y contamos las etapas de la misma no por días o años, sino por intenciones cumplidas. Cuando se ha manifestado lo que queríamos, volvemos a plantear la intención para el siguiente paso, dejando que sea el universo quien, sabiendo lo que nos viene de perlas, se encargue de hacérnoslo llegar.
Fuente: David Topi.
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