Esto no es una
historia de buenos y malos, de hecho cuanto mas avanzo en estos conocimientos, mas consciente
me hago, que el bien o el mal solo son
dos puntos de vista y la polaridad que vivimos ha de ser identificada como positivo y
negativo. Una vez desechados los
conceptos de bien y mal (un
hecho que para ti puede ser un triunfo,
para otro puede ser un fracaso absoluto, solo son puntos de vista en ambos casos) nos damos cuenta que la dualidad que vivimos estará enfocada según
manejemos nosotros las energías que nos
rodean, o bien de forma positiva o de forma negativa.
Los sentimientos
positivos atraen por inercia situaciones positivas y al contrario con las situaciones negativas, el
echo de ver el lado “malo” de la vida,
hará que nosotros nos enfoquemos de forma sobresaliente en esa energía negativa y la
atraigamos mas aun, es muy común el
dicho de “las desgracias nunca vienen solas” y efectivamente, si nos dejamos llevar por esa
negatividad y nos recreamos, pronto
vendrá mas, a nuestras vidas y seguramente multiplicada.
Si por el
contrario nos tomamos los momentos negativos como meras experiencias, lecciones de las que sacar
un aprendizaje y superarnos a través de
esa experiencia, las enfocamos de forma positiva, y atraeremos a nosotros el cambio
que tanto necesitamos, así es como funciona básicamente la ley de la atracción,
pero voy a ir un poco mas allá.
¿Cómo influye
esto en nuestra espiritualidad? Esto influye de forma trascendental, ya que a
la hora de ser cosechado, los serás de forma
positiva o de forma negativa. Hay dos formas básicas de ser cosechado, trabajando el servicio a uno mismo
o trabajando el servicio a los demás. Si
eres del servicio a uno mismo, serás una persona arrastrada por tu ego, donde lo
material prima sobre lo sentimental,
donde el juicio y la culpa son la base de tu día a día y el miedo y la depresión entran y salen de tu
vida de forma constante, eres
competitivo y mides a los demás por sus posesiones,
ignoras tu voz interior y jerarquizas altamente tus prioridades, tener la razón será algo esencial
en tu existencia, tus valores morales
serán laxos o erróneos y seguramente eres inmune al dolor ajeno.
Si por el
contrario trabajas el servicio a los demás, serás un ser altamente empático, donde los sentimientos
priman sobre la razón, donde el dolor
ajeno no te es indiferente y tienes en cuenta tu voz interior, tomas las decisiones sopesando las
consecuencias y entiendes tu existencia
como parte de un todo, no sueles caer en las trampas del ego y evitas los
enfrentamientos directos, tomas el amor
como un enriquecimiento y no como una posesión.
Las diferencias
entre ambas formas de enfocar tu vida son las esenciales a la hora de la cosecha, tratar de
minimizar al máximo nuestros aspectos negativos
dejar de pensar en el "ahora yo, después
yo y mañana yo" y comenzar a experimentar el sentimiento de unidad, formar parte de ese todo que te
rodea y no entrar en disputas con
personas que aun no están conscientes y viven atrapadas en su propia trampa egocéntrica, desfocalizar
en la medida de lo posible, tú atención
en ti mismo y ampliar tu campo de miras,
ayudara a emprender un cambio severo en tu visión y en tu comprensión. No hay
que deshacerse del ego, de la individualidad esencial de cada uno, pero si
elevar nuestro campo visual mas arriba de nuestro ombligo.
Tener claro en
que lado de esta polaridad estas trabajando es sumamente importante, ya que este echo marcara
de forma definitoria tu evolución espiritual,
escoger el lado negativo será por consiguiente
atraer esas energías regresivas y marcaras tu evolución hacia formas mas densas, lo que se
conoce como el bajo astral, por el
contrario trabajar en el lado positivo, hará que tu evolución espiritual sea mas elevada y fluyas
hacia frecuencias mas sutiles y de mayor
luz.
Es momento de
tener claros nuestros objetivos y saber que lado queremos escoger, sea cual fuere este, esto
provocara un contagio en tu entorno y
los que te rodean serán susceptibles de ser contaminados por esa marcada tendencia en tu
modo de vida, si escoges el polo
positivo provocara no solo un cambio radical en tu vida, si no que por contagio aquellos que te
rodean comenzaran a experimentar un leve
cambio en sus vidas y posteriormente ellos deberán elegir dentro de su libre albedrío, si
toman esa energía que emanas o continúan sumergidos en sus egos y atrapados por
esos “bienes” materiales inservibles e
inútiles, si prefieren vivir en unidad o
secuestrarse a si mismos y continuar este juego compitiendo, a pesar de que no haya vencedores, pero si
vencidos, los vencidos por aquellos que
no desean nuestra trascendencia y nuestra propia superación.
Libro: La cosecha
de Almas.
Autor: Rubén
Torres.
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