Somos un rebaño, nos tratan como a un rebaño y pensamos como tal y se los voy a mostrar con este pequeño experimento. A nadie le gusta pensar que es un animal, un mero recurso, nadie quiere ser un animalillo, encerrado que solo vive mientras produce y cuando ya no sirve, simplemente se le sacrifica. Ahora párate a pensar en como esta construida la sociedad en la que vives y donde va encaminada, los enfermos son considerados un lastre y los ancianos un trasto inútil, se eliminan todas las herramientas que hacen que esas personas tengan los medios para subsistir.
Solo
aquellos que producen en la granja tienen el derecho a vivir en ella. Esta es la premisa que desde la élite
nos están implantando en nuestra mente, algo
totalmente injusto e inhumano, pero... ¿Es que acaso crees que eres humano? Para que esto sea
cierto deberías albergar sentimientos y pensamientos
humanos, pero el sistema se ocupa de
programarte para que no sientas y no pienses, para que no te emociones, para que solo produzcas y si
no produces, estas fuera.
Eres un
borrego, el sistema se ha encargado de que lo creas y de que pienses como uno. Una ovejita temerosa que
adora el redil en el que la encerraron y
que jamás se plante salir de el, es mas, lo cree imposible. Tenemos adoptada una
mentalidad de borrego, tenemos identidad
y un sentimiento de pertenencia ciertamente corto, nos identificamos con nuestro rebaño,
el de nuestra localidad, en una granja
llamada país y perteneciente a una gran productora llamada La Tierra.
Mentalidad
de rebaño, y puede que pienses que eso es para otros, para esos que aun creen en la política, la
religión y el dinero como único fluido
con el que sustentar sus escuetas vidas, pero tú que estas despierto, aun sigues pensando como un
borrego, sigues agrupandote con
corrientes de pensamiento, sigues creyendo y sigues alimentando la necesidad de no quedar
apartado.
Voy a mostraros un pequeño experimento sociológico para demostraros la mentalidad de rebaño, es sencillo y lo podéis poner en practica, es esencial que a la hora de poner en marcha un experimento como el que os voy a mostrar, tengáis presente siempre el respeto hacia la persona o personas que van a participar en el.
Experimento sociológico sobre la mentalidad de rebaño.
Para
comenzar necesitaremos un grupo de personas que participen y nos sirvan de apoyo, pueden ser amigos,
familia o compañeros de trabajo o estudios,
se trata de crear una mentalidad de rebaño, por lo tanto ese grupo incluidos nosotros,
formaremos ese rebaño virtual que nos va
a servir en este experimento, es importante que todas las personas que participen se conozcan
mínimamente.
Ahora
ese rebaño escogerá a un individuo que sea afín al grupo, ya sea amigo, familia o compañero, este ultimo
individuo no pertenecerá a ese rebaño virtual, y el germen de este experimento es, despertar en él, esa mentalidad de rebaño
que todos llevamos impresa.
Como
comienzo de este experimento, el grupo perteneciente al rebaño, creara una especie de falsa noticia,
un descubrimiento o un hallazgo que sea
totalmente inverosímil e inocente, pero que tenga cierto grado de coherencia para que llegue a
generar duda, una noticia del tipo “Comer
brócoli crudo en ayunas, aumenta la potencia
sexual”, “Dormir menos de tres horas diarias, te hace mas inteligente” o “El banco mundial condonara todas
las deudas hipotecarias” lo dejo a vuestro criterio,
cuando mejor argumentado esté, mas
probabilidades de éxito habrá.
Un
primer sujeto del rebaño, iniciara el experimento por separado, instalando este
descubrimiento o noticia en el sujeto victima, la primera reacción de este será de incredulidad
y seguramente tomara esa noticia como
una chorrada, algo que no tomara en cuenta.
Mas tarde y de forma independiente, entrara en juego un segundo individuo del rebaño, que volverá a
insistir en ese gran descubrimiento o
noticia, su incredulidad persistirá, pero habremos plantado la semilla de la duda.
Es
probable que busque por Internet, pero evidentemente no hallara nada al respecto, de lo que se trata ahora, es
que su sentimiento critico acabe anulado
por su sentimiento de pertenencia y afiliación a un grupo. El tercer individuo del rebaño que
de forma independiente insista en esa
gran noticia, provocara que su escepticismo
comience a diluirse y comience a dudar de su sentido critico.
Tras
cuatro o cinco intentos distintos, por distintos individuos en momentos
distintos, el sujeto del experimento definitivamente creerá. Ya no buscara la información, no
dudara y su sentido critico estará
apagado definitivamente.
A
partir del quinto o sexto individuo que le haya insistido de forma distinta e independiente en esa gran noticia,
el sujeto del experimento comenzara a asimilar como propia la información y asegurara haberlo leído “por ahí” en algún
sitio, ya no hay vuelta atrás y su
necesidad de pertenencia a un grupo será mas fuerte que su sentido común.
A
partir de este punto de no retorno, si continuamos insistiendo como hasta ahora y personas distintas, en
momentos distintos, continúan su
bombardeo, el sujeto potenciara su filiación e intentara liderar el grupo, ya que, no solo asegurara
tener ese conocimiento, si no que
asegurara haberlo probado y dará fe de su buen resultado, o conocerá a alguien que le haya
pasado o incluso habrá sido testigo.
En
resumen si instalamos la creencia que los burros vuelan, por ejemplo, el individuo pasara de la
incredulidad a ser testigo del hecho, en
cuestión de horas, a través de la repetición como herramienta básica. He de dejar claro, y
avisar, que una vez que al sujeto
participe de este estudio, se le revele la verdad una vez finalizado, no se lo suelen tomar con mucha
deportividad, así que recomiendo mucho
tacto, a ninguno nos gusta que nos engañen y nos manipulen, así que debemos
estar preparados para una reacción poco civilizada.
Es
probable que durante la realización de esta prueba el sujeto no doblegue su actitud y se mantenga firme en su
incredulidad, si después de varios
intentos no conseguimos que su sentido critico ceda, pueden suceder dos cosas, o la
exposición que hacéis es floja y poco
convincente o habéis dado con alguien que de verdad piensa, por lo tanto es mejor abortar. Es
importante conservar el respeto y no viciar en exceso esta prueba.
Finalmente
si os decidís a probar para haceros una idea de cómo resulta este experimento, lo hagáis con cierto
sentido del humor, de forma desenfadada
y sin ofender, ni faltar al respeto al pobre amigo o compañero que va a ser victima inocente de
este estudio. Es importante tomarlo con deportividad
y saber parar cuando por cualquier
circunstancia denote incomodidad o suspicacia ante la insistencia, los tiempos son importantes dejarlos
bien marcados, no se puede apabullar,
debe ser algo progresivo, la noticia o el evento que queramos instalar en el sujeto, debe ser
expuesto de forma natural durante el
transcurso de una conversación, no debe parecer un atraco, ya que levantaría
sospechas y encendería las alarmas. Si se hace de la forma correcta y la
exposición es medianamente creíble, la posibilidad
de éxito es altísima.
Este
experimento no es una invención mía y
por supuesto no es nuevo, esto es
utilizado a diario por los medios de comunicación, que se dedican a hacernos creer lo que ellos
quieren con este método, repitiendo una
y otra vez las consignas que nos quieren instalar y creando una opinión publica generalizada,
moviendo así a su antojo y hacia el
objetivo deseado ese rebaño.
La
tendencia instintiva a no quedar excluidos de la opinión mayoritaria, nos acaba
entrampando y nos mete en una burbuja de irrealidad. Los medios de comunicación
hacen la labor del perro, que con sus
ladridos agrupa e indica al rebaño la dirección que han de tomar, donde han de pastar y como han de
pensar.
Tenemos
dormido el sentido crítico, nos creemos despiertos, pero el miedo a quedarnos solos, nos provoca una
inmensa somnolencia. Despertar el sentido
crítico y el sentido común son esenciales para no quedar rezagados en nuestro camino
individual, no podemos parar nuestro
proceso por temor a la crítica, el ridículo o la soledad.
No podemos seguir pensando como borregos y debemos dejar de comportarnos como si viviéramos en un rebaño. El sentimiento de hermandad y de unidad, no puede confundirse con el sentimiento de filiación a grupos, que al fin y al cabo, son círculos pequeños, de mentalidad reducida, manejable y conformista.
Fuente: La cosecha de Almas - Rubén Torres.
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