Sufrimos tanto cuando una relación se acaba, y muchas veces experimentamos que en ese momento nuestra vida pierde sentido. Esto ocurre porque en vez de compartir una parte de nosotros con otro, ponemos todo lo nuestro en él o ella, si nuestra pareja ya no está, entonces quedamos vacíos.
Estamos más preocupados de tomar que dar.
-Quiero que me hagas sentir amado, tal como lo fui cuando era pequeño y vivía con mis padres o, por el contrario, que te encargues de darme el amor que no sentí de parte de mi familia.
-Quiero que sepas que cada una de tus acciones me va a afectar a nivel fundamental, pues dependo de ti.
-Deseo que te amoldes a mis necesidades y que nunca me falles, que seas mi soporte emocional.
Realizar este ejercicio con total sinceridad y desapego nos ayudará a vernos y a entendernos más en profundidad desde dónde y para qué atraemos la pareja.
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